sábado, 26 de octubre de 2019

Carta a una docente que se escapó del laberinto.

Querida Juliana,

Veinte años tras el escritorio y la computadora (si bien es cierto que empezaste con la máquina de escribir eléctrica, allá por el '96) no acribillaron tus ganas de crecer, de ser otra cosa.  Esa frase que tanto escuchabas en una canción de rock, "esto es un laberinto sin salida, yo pensaba ser algo más..." quedó resonando y ayudó, entre muchos otros factores valiosos, a tomar acción. Dejaste atrás una etapa de seguridad y productividad económica para aventurarte, en la "segunda mitad de tu vida", a hacerte un buen clavado en el río de los deseos. Y más que clavado, queremos que sea una tirada de bomba, para que salpique bien a todos los que están alrededor. La Juliana de hoy, y consecuentemente, la de dentro de algunos años, nos jugamos mucho en este salto.

Como bien dijo don José, "serás lo que debas ser, o no serás nada". Nos gustan estas frases con carácter, acordate. Nos gusta vivir con carácter. Darle carácter a nuestra existencia, buscar trascender. Trascendamos más. 

Ocupémonos de los demás, de esos otros que puedan necesitarnos. Del alumno adolescente que está reeditando sus malos años de infancia, y en su resiliente lucha se encuentra con una docente llena de ganas de ser confiable y justo, y de hablar de cosas que por ahí no escucha en su casa o en boca de otrxs docentes. Ocupémonos de la nena que no puede contarle a nadie de su familia que el tío la mira y la acaricia raro, y nos elige a nosotras como depositarias de su secreto. Del nene que quiere saber más,quiere saber de todo, pero cree que está mal porque cuando termina la escuela va a hacer changuitas, y eso es lo que sus padres esperan y valoran en él. Abramos mundos, seamos puente. Y sigamos ampliando nuestra cabeza, que siempre habrá más sed que saciar, porque es (y debe ser) infinita. 

NO OLVIDARSE DE:

Nunca reducir la realidad a sólo dos posibilidades (exceptuando esa frase de San Martín).

Buscar que se aplique la lógica de la justicia por sobre la de la eficiencia.

Que nunca el estado es neutral. No hay posibilidad de que lo sea.

Nunca el docente es neutral.

Nunca nadie es neutral, aunque crea que lo está siendo.

¡No olvidar la importancia de la perspectiva relacional!

Y para finalizar, quiero expresar mis más fervientes deseos de que esta profesión nos haga felices, ya que ricas no nos hará :) 

Te quiero y te abrazo,

Juliana.



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